jueves, 6 de febrero de 2014

Año Nuevo


Paul Fernando Morillo

Estados Unidos
Mi familia se fue al interior a celebrar las fiestas de fin de año, así que aquí estoy yo solo otra vez; como todos los años, me acompañan esta maldita soledad, la botella y mi pistola. No me queda de otra, esta vez estoy dispuesto a jalar el gatillo, o como le llamen a este artilugio. Esta vez no fallo, el viaje está dispuesto. Estoy escribiendo una nota en la computadora, lo usual. Tomo la pistola, la acaricio como a la mano fina de la muerte que me sonríe, la maldita indiferencia dentro de mí me mata. Es peor que el tiro que me volará los sesos, entonces me doy cuenta que ya he probado la muerte. Tomo la soledad en mis brazos, salgo al patio, el frío es brutal, las estrellas incomparables, esperando. Ubico la botella a trescientos pasos, pongo la pistola en mis sienes, el cañón está helado, apunto a la botella, jalo el gatillo, un placer de conclusión sube por mi brazo, la botella estalla. Me siento a esperar el año nuevo allí mismo en el frío y bajo las estrellas. El próximo año me iré con mi familia al interior.


2 comentarios:

  1. no hay duda de que sabes escribir, y esto te va..
    pero aunque tienes bien clara la idea principal, no supiste conectarla con el final del relato y lo que conseguiste fue estropearla por el exceso de realidad.
    Date libertad de morir y volver a vivir todas las veces que quieras.
    Éxitos.

    ResponderBorrar