Gil Sánchez
Mexico
Quizá tan fugaz como un segundo, se estatiza el tiempo. Así sufrí una disociación en mí, cuando ella,
encadenada a un recuerdo renacía vigorosa y, bailábamos juntos. El cuerpo y la mente se separaron,
simplemente, mi mente voló desbocada. El cuerpo, como un sonámbulo salió a buscarla a la misma
dirección a pesar que el tiempo hacía crujir los huesos. La vi arrodillada en su jardín, su cabello canoso
me hizo dudar. Escuché en mi cabeza hueca, un eco extraviado que gritaba…, “sí es ella”. Al verme pasar,
dejó de regar sus rosales. Buscó con su mirada ver mis ojos y juro que escuché retumbar su corazón.
Luego, sin poder hablar, con disimulo pasé de lado. Mi mente seguía bailando, con aquella hermosa
mujer de cabello castaño, mientras mis ojos, veía a otra persona.