martes, 28 de diciembre de 2021

Un ramito de ojos azules

Veronica Alves de Miranda

                                             Berazategui, Buenos Aires     


Una madrugada de luna llena y algo de desolación Nigel apenas terminaba de decidir por el blanco para su habitación, mientras pensaba con qué adornar decidió ir a caminar. De repente una joven ciega llamó su atención, solidario con noble intención de ayudar, se le acercó. Inesperadamente siente un golpe tumbador. Tirado en el suelo y dolido se arrodilló, mientras sentía sangre brotando de los orificios de sus ojos arrebatados, lo invadió el pánico, sin ya azul en su mirada, Nigel tembló mientras se desvanecía para caer sobre el borde del cordón. Mientras huían los desconocidos, su noche se convirtió en penurias y dolor, en sadismo y ceguera permanente, con tan solo un pensamiento que lo mantendría respirando algunos momentos más: cuánto tardará su sangre en enfriar.