sábado, 27 de junio de 2015

Carlota y el tigre

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Maritza Sevilla V.

Valencia, Venezuela


Carlota estaba sentada en su cama, cuando un tigre entra a dormir en su habitación. El tigre coloca una pequeña colchoneta en el piso, justo debajo de la ventana; y, luego de dar muchas vueltas, por fin se queda dormido. Y comienza a roncar.
A ella le causan mucha gracia sus ronquidos y después de escucharlos por un rato, se da cuenta que ronca de tres maneras muy distintas. El primer ronquido es como si el tigre estuviera haciendo gárgaras, pero muy fuerte.  En el segundo,  ronca  bajito y de repente suena como una flauta pequeñita, que hace que a ella se le salten las lágrimas de tanto reír.  El tercer ronquido es igualito a la burla que hacen los niños, cerrando la boca y soplando el aire con fuerza para que mueva los labios al salir.
Carlota está tan divertida que no tiene nadita de sueño. Se pasa un largo rato mirándole dormir: como se da vueltas, como se rasca la espalda, como se pasa la mano por la cara quitándose una telaraña imaginaria.
Al cabo de un tiempo, ella bosteza y comienza a sentir mucho sueño. Pone su cabecita sobre la almohada y trata de dormirse, pero los ronquidos no la dejan. De momento todo queda en silencio y, de repente, suena la flautita que ya no le hace ninguna gracia. Se baja de la cama y trata de despertarlo diciéndole que ya no ronque, que ella quiere dormir; pero el tigre está profundo en su propio sueño.
Entonces busca sus muñecos de peluche y los coloca en fila en su cama, tratando de hacer un muro que pueda impedir que los ronquidos se escuchen en su lado. Pero no funciona. Se coloca la almohada sobre la cabeza y, aún así,  no le permiten conciliar el sueño.
Con sueño y de malhumor se sienta en la cama pensando en qué otra cosa puede hacer. Finalmente, decide  tomar su almohada, su cobija y a Tomás, su osito de peluche; bajar las escaleras, encender la luz de la cocina, para no sentir miedo y acostarse en el sofá verde de la sala.
Carlota quiere mucho a su hermano; pero,  la próxima vez que él los visite: ¡qué duerma en el sofá y no en su cuarto!

2 comentarios:

  1. Se borró lo que puse, lo lamento, nunca escribo dos veces lo mismo

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  2. Lo pensé de nuevo. La idea me parece buena, el final no me gustó,el cuento debe terminar, pero la fantasía debe seguir, aquí se cae todo, ojo, no hay que desaPROVECHAR EL CASO CUANDO TIENES ALGO BUENO ENTRE MANOS. Saludos

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