Doris Irizarry
Puerto Rico
Me
llamo Michelle.
Suena bonito cuando una niña lo dice. Me
gustaría llamarme así. Entonces me vería de otra manera. Enroscaría mis
mechones en la punta de los dedos mientras recorriera con mirada extraña la
ropa que llevo puesta. Es decir, la que llevo puesta yo, queriendo ser ella, con
su falda de tachones y el lacito negro en la blusa. Michelle, con dos eles,
porque es un nombre francés, me dijo un día sin que yo le preguntara. Entonces
me puse a imaginar lo hermosa que sería su vida, tener una madre francesa, y
seguramente un padre y un hermano francés. Vivir, dormir y desayunar como lo
hacen los franceses y verse tan bonita como ella. Total, que su nombre sea
Michelle, no quiere decir que sea francesa. Cuando mami me recogió en la
escuela empecé con mis preguntas sobre Francia. Qué voy a saber yo, me dijo,
con lo ocupada que estoy, me basta y me sobra con lo que me toca en esta Isla.
Y rápido empezó a recordarme la lista de cosas que teníamos que hacer tan
pronto llegáramos a casa. Me distraje bastante del tema de Michelle esa tarde. Bueno,
todas las tardes. Pues cada vez que mami me recoge y subo al carro es como salir
de un mundo ajeno para regresar al mío, que también me parece ajeno. La verdad,
me distraigo mirando a través de la ventanilla. Mis ojos se quedan quietos en
un punto, es como si avanzara hacia ningún lado, como si lo único que se
moviera estuviera afuera. Y pienso en la lista, que es bastante larga. Pero,
una vez llegamos, tengo un respiro cuando me baño. Me tardo bajo la ducha. Me
enjabono muchas veces para que la espuma forme una pasta cremosa y perfumada
sobre mis brazos. Y empiezo a cantar. Hasta que la escucho decir varias veces,
sal de ahí ya. Entonces ella empieza a contar; y más o menos sé cuánto tiempo
me queda. A la cuenta de uno, meto de cabeza bajo el chorro. Con el dos, el
cual pronuncia con calmada desesperación, me da tiempo para quitarme el jabón.
A veces descubro que se me queda un poco detrás de las orejas. Pero ella no lo
nota. Nadie lo nota. Si me viera. Pongo una mano sobre la llave y cuento los
segundos de memoria, con los ojos cerrados, muevo las caderas, doy pasos de
baile, hasta que ella dice: tres. Lo dice con ímpetu, con fuerza, como dice
ella que uno debe hablar. Entonces, giro la llave rapidito, cierro la pluma y
levanto mis brazos con las palmas bien abiertas como si terminara un gran
espectáculo artístico. Las gotas salen disparadas como confeti. Es como un
juego. Ya cuando salgo del baño regreso a la lista y voy tachando en mi mente.
Me siento en la cama y hago la tarea. La termino y mami me sirve la cena. No
veo la tele. Dice mami que ya no hay programas buenos para niños. Busco el I pad
y me entretengo con un juego que ella me bajó y espero a que me diga; ya, hora
de dormir. Entonces entra al cuarto, saca la camisa y el pantalón del próximo
día y lo cuelga del mango de la puerta de clóset. El clóset queda justo frente
a mi cama. Pone las medias enrolladas dentro de los zapatos y los acomoda
debajo. Me quedo mirándolo. El uniforme colgado justo sobre los zapatos parece
un niño fantasma. Trato de verme dentro de él. Siento algo parecido al miedo. Luego
ella se voltea y me mira muy quieta, como si quisiera preguntarme algo que
nunca pregunta. Su mirada tiene un brillo casi como de susto. Cierra los ojos,
me abraza como si no me quisiera soltar, me da un beso y reza conmigo la
oración que me ensenó. Ángel de la
guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día, hazme un niño
bueno, toditos los días. Yo vuelvo a acordarme de Michelle. No sé por qué
siento un poco de coraje. Tardo en dormirme. Algún día iré a Francia.
Este cuento ganó el segundo premio en la categoría de cuento del XXIV Certamen Literario de la Universidad Politécnica de Puerto Rico.
En ese Certamen, Doris Irizarry también ganó el primer premio en poesía!!!
Muy bueno tu cuento Doris. Tiene ese aire de misterio característico de tu narrativa. Felicitaciones pro el premio! Un besote!
ResponderBorrar¡Gran relato Doris!¡Muy bien otorgado el premio! Con poquísimas descripciones presenta el conflicto del protagonista en un tema tan actual como la ideología de género. ¡Felicitaciones!
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