Gil Sánchez
México
Rebusco entre mis hojas de historias que mi mente comienza a olvidar, para contarlas, pero en la pantalla aparece solo lo bueno. En este caminar nocturno, eterno, sin luces, las recreo como película en blanco y negro, y me veo como un héroe condenado a saludar a la gente que se ha marchado. ¿Por qué tan solo?, seré un fantasma que vaga entre su basura que no le importa a nadie, ni a mí. Por más esfuerzo que hago termina la película pronto, será así de corta, pero como si le faltara contenido, o no viví tanto o lastimé mucho, no lo entiendo. Faltará lo malo y es mucho, o tal vez, borré los sentimientos por el dolor de terminar el daño. Me llevo pocos pensamientos buenos, quizás lo que merezco.
No te pongas triste que este mundo ya apesta, recuesta tu cabeza sobre mi pecho y dime que me extrañas una vez más. Nunca tuve tanto frio como en estos últimos meses, tan igual como cuando me abandonaste. Camino en la oscuridad como un fantasma encadenado, acompañado por la respiración asincrónica, pausada, asfixiante. Ansío escuchar que me amas, una vez más. Pero no sé si me abras los brazos, he sido tan imperfecto. Todo es oscuridad y por fin me ciega la luz.
Gil, extrañaba tus microrrelatos tan profundos, de esos que nos llevan a explorar nuestros propios sentimientos y actitudes. Me encantó!
ResponderBorrarLa soledad y el abandono dejan necesariamente un profundo dolor. Lo pintas en forma grandiosa en este microrelato Gil. ¡Aplausos!
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