Brigida Rivas Ordoñez
Alicante, España
De recuerdos y de sombras
está hecha mi memoria. Recuerdos borrosos y nítidos. alegres y tristes...
Algunos surgen con tal fuerza y colorido que podría, dándole color a los
sentimientos que en mí despiertan, pintar un inmenso mural, en el que, a modo
de un artista abstracto, representara mi vida.
Así, desde la blancura
nacarada, casi transparente, de aquellos primeros años inocentes, sinceros,
pasar a los tonos más fuertes en la adolescencia y juventud, cuando vislumbras
todo lo que la vida va a ofrecerte, y desoyendo consejos y saltando normas,
corres en busca de lo que deseas por el camino más corto. ¡Y aún así, te parece
largo!
Aquí, el mural se tiñe:
De celestes cándidos: los
proyectos.
De rosados inciertos: las
ilusiones.
De dorados brillantes: los
éxitos.
De rojos intensos: el amor.
De verdes luminosos: la
esperanza.
Todo un torbellino de
colores en tropel, formando espirales altísimas y chispeantes, que terminan
desbordando los límites del mural.
Después, y ya en la cima, y
sin haber llegado donde me dijo el corazón que iría, aparecen los grises del
desencanto, mezclados con los morados de sufrimientos y con los rojos manchados
de pinceladas negras de desamor. También están los tonos llamativos, pero muy
opacos, de la falsedad, y un poquito de verde esperanzador mezclado con tonos
inciertos de recelos y cautelas.
En la memoria más próxima,
los tonos del mural se vuelven serenos y apacibles. Predomina un color beig,
como el de la tierra en la que quedan los rastrojos de la cosecha de un ciclo,
y en la que también crecen algunas tímidas florecillas de suaves colores y con
ramitas verdes. Pocas y esparcidas al azar.
De mis pinturas, ya me van
quedando pocas y muy mezcladas. Pero conservo con esmero, un bote de color
verde intenso, para poder seguir pintando, entre los rastrojos de mi vida,
muchas ramitas verdes.
Este cuento es tan refrescante como un rocío de primavera. Las palabras se van tejiendo entre un arcoiris de emociones y colores. Felicitaciones por tan buena narración.
ResponderBorrarBrígida querida, qué hermoso relato! Realmente refrescante. Una caricia para el alma. Gracias!
ResponderBorrarBrígida, qué mucho sentimiento tienen las imágenes de tu relato. Los colores de la vida, estáticos o efímeros, alegres o tristes, son eso, los colores de la vida. Leerlo me llevó a meditar, inevitablemente.
ResponderBorrarDecir que este relato es una pintura de la vida sería una obviedad. ¡Excelente!
ResponderBorrar