Alejandro Franco
México
México
La fuente que te dio de beber tantas veces
En su espejo de agua en lo alto de la barda reflejaba
Una gata oronda y segura que pasaba y repasaba
Con sus crías rezagadas, sigilosas, cuidando que no las vieses.
Habrás odiado la endiablada bicicleta
Corriendo tras ella sin comprender, ladrido tras gemido
Mordisqueando los pies, mientras el sol burlón
Dibujaba tu sombra regordeta
Cuántas veces vimos el alba y el ocaso
Caminando juntos, como amigos, como hermanos
Sin hablarnos, sin decirnos, sin mirarnos…
Solo un mimo pedías en recompensa o, quizás un abrazo
Un paseo en coche, orejas al aire, boqueando el viento
Siempre altiva, majestad, princesa, reina humilde…
No cabía en tu corazón tanta alegría
Te sentí muy cerca, acaricié tu pelo, apreté tu hocico
Percibí tu aliento.
Tibia niña, alma buena, manantial de amor
En tres cuartillas no es posible describirte…
Arrebata la muñeca, destroza tu osito, corre a la pelota
Juguetes de la sin razón que recibieron inermes y fríos tu calor.
En soledad y larga espera, te perdías a través de los cristales.
¡Júbilo!, al ver voltear el coche rojo por la esquina.
¡Angustia!, volteretas, escaleras abajo, ¡por Dios!, que sea ella…
¿Qué no ven? ¿Qué no saben que enloquecería si no la viera?
Duerma la siesta niña mía. Sueñe que le traerán manjares exquisitos
Sueñe con paisajes arbolados y mil rincones donde oler y husmear…
Corra tras los gatos groseros y taimados
Beba agua de la fuente, sienta caricias y besitos.
Descansa al fin amiga mía y reposa… tu paseo se ha terminado.
Cuánto amor nos regalaste y nada a cambio recibiste
Agradezco en lo infinito, de tu enseñanza las virtudes
De la semilla que sembraste, comenzó su germinado.
Mayo 2014
Qué ternura!!! Muy bello!!!
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