Mirian Sansone
Argentina
Anochecía en púrpura.
Chorreaban las gotas embriagadas de su vida. Intentaba repasar sus años una y
otra vez, pero el tiempo se escurría en tintos delirios solitarios. Recordar:
imposible. Una nebulosa caía como un manto sobre su memoria. ¿Cuándo o por qué?
Ya no tenía importancia. Su mano aferrada a la botella era el único presente
que sostenía. Só-lo-la-bo-ca-hú-me-da-de-a-mar-go-sa-bor y un contínuo sueño
enredado entre sus partes adormecidas. El cuerpo le era ajeno y tan lejano como
sus recuerdos. Arrinconado en un callejón sin salida aún tenía la vaga
esperanza de que alguien se apiadara de él, lo recogiera en sus brazos y
dulcemente le impusiera sus fuerzas, transmutándolo... Una
oportunidad, un borrón y cuenta nueva. Páginas en blanco donde escribir
en tinta china y no en vino tinto otro comienzo. Enrollar el ovillo de sus
horas perdidas y Vivir, por primera vez, con mayúsculas.
Publicado en Pluma, papel y vino. I Certamen Internacional de
Literatura Hiperbreve.*EL RIOJA Y LOS 5 SENTIDOS*". Gobierno de La Rioja.
España, junio 2009. Pag. 132.
Duro y amargo como la adicción. ¿Hay esperanza cuando se está en el fondo? Un relato muy bien contado y sin golpes bajos. ¡Felicitaciones Mirian!
ResponderBorrarComo dice Osvaldo: muy bien contado! Me encantó!
ResponderBorrarUn relato muy bien logrado.¡Felicitaciones!
ResponderBorrarMuestras perfectamente el terrible mundo de la adicción, y la esperanza que siempre tienen y que, como la utopía nunca se alcanza.
ResponderBorrarBreve pero intenso!
ResponderBorrarMe encantó esa manera muy tuya y particular de narrar la angustia y el vacío, dentro del marco de una esperanza que se adelgaza cada vez con el simple transcurrir del tiempo.
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