Gil Sánchez
México
No sé por qué, desde
niño, conocía a todos los que vivían en mi calle. Tomé inexplicablemente una
rara afición. Asignar en una libreta de medio uso, una estrellita por cada
fallecido de mi cuadra. Desesperaba, porque pegaba pocas en primaria, luego en
secundaria más, y así, fui llenando páginas. Luego ingresé a la Universidad y
hubo repentinamente un aumento súbito que me sorprendió. Ya casado en cada
visita a mi madre, ella me actualizaba. Hasta que ella pasó a integrar la
página veinte. La puse a mero arriba. Al llenar casi todas las hojas, me
percaté que quedaban dos o tres personas, y a los demás, no los conocía. Era un
verdadero extraño en mi colonia. Un completo invisible. Ahora, mi preocupación
creció al no quedar integrado a mi libreta. La soledad me pregunta, quién
pondrá la última estrella, para terminar esta rara afición que cada vez es más
triste tanto en el día como en la noche.
Muy bueno, Gil Sánchez. Me recordó a una canción de Serrat.
ResponderBorrarEres un maestro del microrrelato!!!
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